
Una exposición que ofrece una mirada íntima a la esencia de estos históricos festivales mediante 60 fotografías inéditas.
Las imágenes forman parte del legado de más de 900 negativos que François Serre ha donado recientemente a la Fundación Pau Casals. Esta donación permite recuperar la memoria de uno de los acontecimientos musicales más relevantes de la posguerra europea, impulsado por Pau Casals durante su exilio.
El Festival Bach se inició el 2 de junio de 1950 para conmemorar los 200 años de la muerte de Johann Sebastian Bach y, con los años, se convirtió en un punto de encuentro internacional para grandes figuras como Alexander Schneider, Isaac Stern, Joseph Szigeti, Paul Tortelier, Rudolf Serkin, Eugene Istomin, Clara Haskil, Mieczysław Horszowski, Yehudi Menuhin, Wilhelm Kempff, David e Igor Oistrakh, Sándor Végh, Julius Katchen, Christian Ferras, entre muchos otros. Hasta 1966, Casals participó activamente, convirtiendo Prades en un espacio donde la música y la amistad se entrelazaban.
La muestra recoge principalmente fotografías tomadas en la sacristía de la iglesia de Saint-Pierre, un lugar que funcionaba como el verdadero corazón del festival y punto de encuentro de músicos, organizadores y periodistas. “Este espacio, aparentemente discreto, se convertía en un centro neurálgico con una atmósfera íntima y profundamente humana”, explica François Serre. Con sus cámaras Leica, Serre inmortalizó escenas de complicidad y momentos únicos que ahora se podrán redescubrir.