Construyendo puentes y traspasando fronteras, la música de Pablo Casals se ha convertido siempre un símbolo para unir pueblos, con un afán de hacer llegar la música a todo el mundo.
En Lituania, el pequeño país del norte de Europa donde la cultura, el arte y la música están muy presentes, encontramos un claro ejemplo de colaboración con la Fundación Pau Casals que nos conecta con nuevos proyectos internacionales. Unos proyectos que enlazan la tradición con la innovación y los jóvenes a través del sonido del violonchelo.
Atrayendo violonchelistas de todo el mundo en la ciudad portuaria más importante de Lituania, en el Mar Báltico, nace el Festival y Competición internacional de Violonchelo de Klaipeda y se establece el 2017, y tiene lugar cada dos años. Se creó como un proyecto inspirador con conciertos de altísimo nivel, espectáculos de música alrededor del violonchelo, danza y otros lenguajes artísticos, proyecciones, conferencias, talleres, acciones y conciertos al espacio público, como brillante iniciativa para acercar el arte a nuevos públicos. Como ha citado el director general de la Fundación Pau Casals, Jordi Pardo:
…El Festival de Klaipeda es una experiencia muy emocionante de altísima calidad que merece la pena conocer…
El importante vínculo que mantiene el Festival y la Fundación, ha hecho posible que este año los ganadores ex aequo del Galardón Internacional Pablo Casals para jóvenes violonchelistas 2018, Carla Conangla y Johannes Gray, han sido invitados a participar en la presente edición con un magnífico concierto con obras de Albèniz, Casals, Cassadó, Debussy, Granados y Falla, acompañados por la pianista Jonė Punytė.
El Festival está organizado por Klaipeda Concert Hall, con el chelista Mindaugas Backus, el director artístico de la Orquesta de Cambra de Klaipeda y su magnífico equipo. En la edición del último mes de mayo de 2019 participaron en las diferentes categorías más de 300 jóvenes violonchelistas procedentes de 21 países de Europa, América y Asia. Los ganadores de la categoría profesional (de entre 18 y 30 años), fueron: 1r premio, y ganador de la Mención de Honor de la Fundación Pau Casals: Kyung Jun Lee, (Corea del Sur); 2.º premio: Florian Pons (Francia) y 3.º premio: Kamil Mukhametdinov (Federación Rusa).
Otro vínculo con el actual Lituania lo encontramos con Thomas Mann, premio Nobel de literatura de 1929, y grande admirador de Casals. El escritor tenía una casa en Nida, muy cerca de Klaipeda, un lugar de inspiración imprescindible para Thomas Mann. Como Casals hizo con su casa de Sant Salvador, Vendrell, después de la Guerra Civil de España, Thomas Mann abandonó su casa y tomó la decisión de no volver mientras el régimen nazi estuviera en el poder. Desgraciadamente no volvió nunca más.
El tercer vínculo entre Lituania y Pablo Casals es Alexander Schneider. El violinista lituano que convenció a Casals para que rompiese su silencio después de la II Guerra Mundial, y emprender la organización del Festival dedicado a Bach en 1950 en Prades, con motivo del bicentenario de su muerte. Desde aquel momento fue un colaborador y gran amigo del maestro. La música y la amistad los unió para siempre.