El día que el mundo cantó por la paz
El 24 de octubre de 2021 se conmemorará el 50 aniversario del estreno del Himno para las Naciones Unidas, compuesto por Pablo Casals con letra de W.H. Auden. El acto se celebró en la sede de la Asamblea General en Nueva York, y el mismo día Casals recibió la Medalla de la Paz de las Naciones Unidas de la mano del Secretario General U-Thant, en reconocimiento a su trayectoria vital de compromiso con la paz, la democracia y la libertad. Su discurso de agradecimiento, improvisado y emotivo se convirtió en un momento histórico de referencia.
Casals defendió la paz como un objetivo prioritario. Contraponía la música, que expresaba lo mejor de la humanidad, a la guerra, que para él era lo peor.
La relación de Pablo Casals con las Naciones Unidas fue muy larga e intensa. Tras la II Guerra Mundial protestó con su silencio por el hecho de que los aliados mantuvieron la dictadura del General Franco. Y en este contexto de la Guerra Fría y la amenaza nuclear, se movilizó en favor de la paz y la democracia hasta el final de su vida. Pablo Casals fue invitado a tocar en tres ocasiones: en 1958, 1963 y 1971, y sus tres discursos son una magnífica expresión del pensamiento y sensibilidad de este catalán universal. El 50 aniversario del discurso de Pablo Casals en las Naciones Unidas ha sido declarado «conmemoración oficial de 2021» por la Generalitat de Catalunya.
Un mensaje de paz al mundo
Durante el verano de 1958, Pablo Casals unió su voz a la del legendario Albert Schweitzer en un manifiesto donde pedían a los gobernantes rusos y estadounidenses la paralización de la carrera armamentista y de las pruebas nucleares.
Poco después Casals fue invitado por el secretario general, Dag Hammarskjöld, a participar en el concierto conmemorativo del decimotercero aniversario de las Naciones Unidas en Nueva York. Casals, que mantenía su protesta de no tocar a los países aliados ante la pervivencia de la dictadura de Franco en España, aceptó ya que la sede de las Naciones Unidas era considerada terreno internacional neutro. Hacía treinta años que Casals no tocaba en Estados Unidos. Este foro internacional, a pesar de los problemas y obstáculos que surgían a su paso, representaba la mayor esperanza para sentar las bases de la paz y la comprensión entre las naciones. Casals no desaprovechó esta oportunidad de utilizar la música y su violonchelo para hacer llegar su mensaje de Paz al mundo.
Acompañado por su amigo y pianista Mieczyslaw Horszowski, interpretó la Sonata nº. 2 en Re Mayor para violonchelo y piano de J.S. Bach. El programa incluía también la Sinfonía núm. 5 de Honegger y la Sinfonía núm. 4 de Brahms interpretadas por la Orquesta Sinfónica de Boston.
El concierto, junto con el mensaje de Pablo Casals, se retransmitió en setenta y cinco emisoras de cinco continentes y la CBS la emitió por televisión, convirtiendo su figura en un símbolo de la paz en el mundo.
Las naciones más poderosas, tienen el deber y responsabilidad de mantener la paz. Confío profundamente que las grandes masas de estos países deseen la comprensión y cooperación entre todos los hombres. Es hora de que los gobiernos y los que tienen autoridad pongan manos a la obra para que este deseo no resulte imposible. Las Naciones Unidas son la esperanza para conseguir la paz, y hay que darles la autoridad necesaria para que actúen en beneficio nuestro…
El Pesebre: una cruzada por la paz
La segunda vez que Pablo Casals fue a las Naciones Unidas, fue en 1963, cuando el secretario general de las Naciones Unidas, U-Thant, le invitó a la sede de Nueva York para dirigir su oratorio El Pesebre con la orquesta del Festival Casals y el Coro de la orquesta de Cleveland. El secretario general U-Thant lo presentó como «un gigante de la música de este siglo» y «una personalidad conocida en todo el mundo como campeón de la paz y de los derechos del hombre».
El Pesebre se había estrenado en diciembre de 1960, en Acapulco, México, en agradecimiento al país que abrió los brazos a los exiliados españoles. Dos años más tarde, en 1962 en San Francisco, Casals anunciaba su Cruzada por la Paz que le llevaría a dirigir su oratorio todo el mundo. La música era su única arma y había decidido que todos los beneficios económicos se destinarían a un fondo creado para promover aquellas causas que defendían la dignidad humana, la fraternidad entre los hombres y la paz mundial.
El programa incluía el mensaje de paz de Pablo Casals en el que reclamaba la unión y la fraternidad de los pueblos.
La música, este maravilloso lenguaje universal, debería ser una fuente de comunicación entre los hombres. Una vez más exhorto a mis colegas músicos de todo el mundo a poner la pureza de su arte al servicio de la humanidad con el objeto de unir todos los pueblos con lazos fraternales. Con este objetivo en mi mente, considero mi deber ofrecer mi humilde contribución en forma de una cruzada personal. Hacer que cada uno de nosotros, en la medida de nuestras posibilidades, contribuya como le sea posible a alcanzar este ideal con toda su plenitud y que nos permita unificar nuestras fervientes oraciones para que en el futuro próximo toda la humanidad pueda reunirse en un abrazo espiritual.
Himno a las Naciones Unidas
En 1970, el secretario general U-Thant escribió a Casals para pedirle que compusiera un Himno a las Naciones Unidas a partir del texto Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas. Casals aceptó el encargo, pero ante la dificultad del texto se propuso al poeta W.H. Auden, que creara un texto nuevo para la ocasión. La obra, escrita para coro y orquesta sin solistas, fue titulada Himno a las Naciones Unidas y se estrenó el 24 de octubre de 1971 en la sede de la Asamblea General, en Nueva York, con la participación del Coro de la Manhattan School of Music, los Cantantes de las Naciones Unidas, y la Orquesta de Festival Casals bajo la dirección de Pablo Casals.
Ese mismo día Casals recibió la Medalla de la Paz de las Naciones Unidas. U-Thant le entregó con las siguientes palabras:
Usted ha dedicado su vida a la verdad, a la belleza y la paz. Como hombre y como artista usted personifica los ideales que son símbolos de las Naciones Unidas.
En respuesta a esta distinción, que no se esperaba, emocionado y abrumado por el honor que acababa de recibir, Casals pronunció uno de los discursos más emotivos que se le recuerdan a favor de la Paz y de su tierra natal, Cataluña, de la que vivía exiliado desde hacía más de treinta dos años.
Estoy muy emocionado… este es el mayor honor que he recibido nunca porque habla de lo que toda la vida he sentido y me ha inspirado. Mi madre, una mujer excepcional genial, comenzó a hablarme de paz cuando yo era un niño, ya que en ese tiempo había muchas guerras y yo nací en medio de una guerra. De ahí que todo lo que viene de las Naciones Unidas directamente a mi corazón y sigo atentamente todo lo que las Naciones Unidas hace.
Soy catalán. Cataluña es hoy una provincia de España. Pero, ¿qué ha sido Cataluña? Cataluña ha sido la nación más grande del mundo, os diré por qué. Cataluña tuvo el primer parlamento, mucho antes que Inglaterra. Cataluña tuvo el inicio de las Naciones Unidas. Todas las autoridades de Cataluña se encontraron en el siglo once en una ciudad de Francia -en aquel tiempo Cataluña- para hablar de paz, ¡en el siglo once! Paz en el mundo, en contra, en contra de las guerras y la inhumanidad de las guerras; esto fue Cataluña.
Durante el mismo concierto Casals dirigió el Concierto en Re menor para dos violines de J.S. Bach, con los violinistas Isaac Stern y Alexander Schneider y el concierto en Do mayor para tres instrumentos de teclado de J.S. Bach con los pianistas Mieczyslaw Horszowski, Rudolf Serkin y Eugène Istomin.
Después de una hora y media de concierto y de forma totalmente improvisada, Pablo Casals tocó ante todo el hemiciclo el Cant dels Ocells, como canto de esperanza y de paz.
Otras visitas
La relación de Pablo Casals con Naciones Unidas va más allá de las tres ocasiones que fue invitado a tocar. En 1970 se celebró el concierto benéfico “Salud Casals” en el Lincoln Center de Nueva York, en beneficio del programa de jóvenes de la American Symphony Orchestra. Casals dirigió 100 violonchelos interpretando su “Sardana” para violonchelos. Dos días más tarde, el 17 de abril, se celebró una recepción en el Hall de las Naciones Unidas, presidido por el Secretario General U-Thant. Aquel día Casals grabó un mensaje donde pedía mejores condiciones para los niños y se dirigía a las nuevas generaciones y que se puede ver aquí.
En 1973 Casals hizo su última visita a las Naciones Unidas. Trató de una recepción con el Secretario General Kurt Waldheim. Casals estaba en Nueva York por los conciertos del Festival Casals que se celebraron en el Carnegie Hall.
En 1977, cuatro años después de la muerte de Pablo Casals, las Naciones Unidas le dedicaron un busto de bronce. La escultura es obra de Robert Berks, y a día de hoy continúa estando expuesta en el hall de la sede de la Asamblea General de Nueva York.